Bahilde Farías

«Casa de Sal»

Su historia…

Bahilde Farías es abogada de profesión y hotelera de corazón y alma. Venezolana con raíces rusas que escogieron Venezuela como lugar de refugio, libertad, hogar y oportunidades cuando el mundo decidió mirar a otro lado. 29 años después ella y su familia repetirían la historia.

Llegó a Argentina hace casi 3 años junto a su esposo e hijo de 1 añito. Llegaron 3 y hoy son 4. Dicho en sus propias palabras y sin exagerar, huyeron de Venezuela. Recuerda que horas después de cruzar la frontera con Brasil, la misma fue cerrada debido a las protestas que tuvieron lugar ese día en varias zonas del país. Se sienten infinitamente agradecidos por haberlo logrado justo a tiempo. Recorrieron Brasil vía terrestre, estuvieron dos eternos días en plena selva amazónica y después de una semana de viaje lograron llegar al suelo dónde construirían su nueva vida.

“Llegamos con muchos sueños, ilusiones, fuerzas y ánimos de salir adelante, de crecer y buscar las oportunidades y calidad de vida que nuestro país nos estaba negando.”

En Argentina consiguieron más que eso, se sintieron cautivados por su belleza peculiar e histórica, su gente osada y directa, abierta y empática que ven en historias como las de ellos parte de sus propias historias.

Aquí lograron darle forma a Casa de Sal, un emprendimiento vegano, especializado en panadería y postres  libre de crueldad y 100% veganos. Se dedican a la elaboración artesanal de  panes y postres. Esforzándose día a día por alcanzar la calidad y afianzarse como marca de confianza, cercanos y familiares.

El proyecto se encuentra actualmente activo y creciendo gracias al apoyo y capacitación que recibieron de parte de CEMI y la Red de Mujeres Migrantes Emprendedoras, de la cual Bahilde ha formado parte y quiere seguir siendo una hormiguita, continuar empoderándose y ayudar sirviendo de ejemplo a otras mujeres que como ella, tengan inmensas ganas de crecer y sentirse más grandes de lo que son.

«Soy mujer, migrante y emprendedora»

Llegamos con muchos sueños, ilusiones, fuerzas y ánimos de salir adelante, de crecer y buscar las oportunidades y calidad de vida que nuestro país nos estaba negando.

«En Argentina conseguimos más que eso, nos sentimos cautivados por su belleza peculiar e histórica, su gente osada y directa, abierta y empática que ven en historias como las nuestras parte de sus propias historias.«
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